Por ahí dicen que siempre es bueno tomarse un descanso, un momento en el cual repensar las cosas, ponerlas sobre la mesa y analizarlas desde otra perspectiva. Fijarnos en esa esquina muy brusca o quizá en el desgaste del color son de las cosas que tenemos que hacer antes de que se termine ese viaje astral de desprendimiento de nosotros mismos y debamos volver a donde siempre.
Esta ocasión mis retornos fueron múltiples, por una parte regresé de un viaje que afortunadamente no fue del tipo esotérico; también volví a la Universidad que me ha abrigado durante el último año y que calienta motores para arrancar de nuevo; la rutina citadina no es algo que se puede dejar de mencionar, menos en una ciudad tan grande, desastrosa y complicada. Para cerrar la lista con broche de oro, he de anunciar también que después, y a pesar, de una larga ausencia estoy de vuelta en El Pachuco de México con el ideal de vernos cada miércoles por estos lugares.
Esperemos que el tiempo haya hecho su trabajo.
Miércoles de caos
En fin. En este post especial de retorno me gustaría hablar un evento que me parece que afectó a gran mayoría de nosotros.
Les contaré: Yo iba caminando felizmente hacia metro Juárez después de haber dado unas vueltecitas por el centro, llegué a la estación, bajé las escaleras y compré boletos. Estuve a punto de no percatarme de lo que pasaba debido a que suelo viajar con audífonos puestos, pero por fortuna me di cuenta de que algo no andaba bien. En el momento en que me disponía cruzar los torniquetes para iniciar mi recorrido, observé un número inusitado de personas que esperaban tanto en el andén como en los mismos torniquetes y alrededores. Desconcertado me quité los audífonos con la intención de escuchar de lejitos la conversación de un grupo de personas «lleva más de media hora sin pasar» decía una señora con desesperación. En vista de la situación opté por tomar rutas alternas hacia mi destino, la primera sería a pie. En el transcurso de metro Juárez a mi próximo punto pude observar el desorden tal incidente había ocasionado: la gente se acumulaba en las salidas de las estaciones del metro y abarrotaba camiones, pesero y alguno que otro taxi con la esperanza de llegar lo más pronto posible a su destino. Esto fue alrededor de las 13:00 hrs.
A mi no me costó tanto trabajo y después de un tiempo logré completar mi vieja. Pero 4 horas tarde el asunto no había cambiado, según me lo hizo entender una enviada especial en la estación Tlatelolco. Por esta situación deducimos que fueron miles de personas las que se vieron obligadas a tomar otra ruta.
Aquí quisiera preguntarles ¿Cómo vivieron ustedes este evento?
¿Qué piensan del transporte público en la ciudad?
¿Consideran que existen alternativas eficientes para solucionar situaciones como ésta?
o el resto del transporte colectivo (rtp’s, trolebuses, camiones, peseros, metrobús) no estuvo a la altura.
En su momento pensábamos que alguien se había aventado a la vía, que todo era causa de un atentado bomba o que Godzila había hecho una visita diplomática que terminó mal. Ahora sabemos que lo que ocurrió fue un apagón ocasionado por los trabajos de la línea 3 del metrobús en el cruce de Cuauhtémoc y Obrero Mundial, lo cual sirve de pretexto para cuestionar todo el proyecto del Carnal Marcelo
¿Ustedes qué dicen?
Calentando las ideas de nuevo
Omar M.
R. Gòmez Toledo
Luis Monroy Gómez Franco
marifermotte
omarcalamaro
PatAaAaZ
Jama
El Pachuco de México 
Yo andaba muy feliz en mi bici, sugiero que todos sigan mi modelo, eso sí usando casco. Saludos y espero leerte todos los miércoles, si no: tabla!, saludos.
Em.
Pues es muy evidente el caos en la ciudad, no sólo en cuestión de transporte, la ciudad ha crecido sin planeación y sobra decir que somos demasiados, pero la falta de transporte, el trafico y la contaminación como consecuencia, es de todos los días a todas horas en casi todas partes, es alarmante, ni todos los puentes y otras medidas como el metrobús han logrado que llegar tarde no sea una opción, también creo que se debe a que por el mal servicio del transporte en la ciudad la gente ha optado por tener un coche, lo cual aumenta el trafico y me parece que definitivamente no es la solución.
Pero el disgusto de usar el transporte colectivo tiene su justificación en lo incomodo, lleno y por la falta de eficacia del servicio, suele ser desesperante y estresante, porque a mi parecer es obvio que no cubren las necesidades de la población, y lo ocurrido en el metro (lo cual afecto a muchos) es sólo un resultado, como la punta del iceberg de la mala planeación de la que hablo.
Ahora el metro es indispensable en la ciudad, sin el colapsaría por completo, nos comunica y lleva a nuestros destino más rápido que cualquier transporte, como dijo Monsiváis el metro es la extensión de la vecindad, sin el metro no seríamos lo mismo.
Yo creo que una opción es como el compañero dice; la bici, pero también a veces es casi imposible su uso por otras razones ):
Para mi la solución de raíz sería la realización de un proyecto integral que no sólo abarcará al transporte y vialidad sino también a las obras públicas y programas sociales, donde se propusiera una solución para toda la ciudad, pero esto tendría que hacerlo el gobierno, para eso está, sin embargo si no nos involucramos no va a pasar nada.
P.D. No es la primera vez que dices que escribirás periódicamente…
jejeje 😀